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¿Qué es el audio de alta fidelidad? Guía para principiantes

Par de bocinas Sonos Five en blanco y una tornamesa en nogal sobre una consola

El audio de alta fidelidad, o hi-fi, es audio que se reproduce a partir de la grabación original con el mayor grado de exactitud posible. Casi como tener un concierto o espectáculo en vivo en tu sala, el audio de alta fidelidad debe ofrecer la mejor calidad de sonido que puedas experimentar en casa.

Pero el término “alta fidelidad” es subjetivo. Depende tanto del gusto personal como de factores técnicos. Algunos podrían pensar que la calidad de un CD estándar es de alta fidelidad, ya que se acerca mucho al sonido más nítido que el oído humano puede percibir. Otros buscan niveles aún más puros de reproducción y no están dispuestos a privarse del sutil placer de distinguir cada una de las voces de un coro, o de escuchar el suave toque de un dedo al posarse sobre una cuerda de guitarra.

En esta guía definiremos con mayor detalle qué es el audio de alta fidelidad, enfocándonos en todo, desde las ondas de sonido hasta los componentes de un sistema típico para el hogar. Y de igual importancia, te ayudaremos a definir lo que alta fidelidad significa para ti. Porque, ¿de qué sirve el audio de alta fidelidad si tus oídos no pueden disfrutarlo?

¿Qué es el audio de alta fidelidad?

El audio de alta fidelidad es audio que reproduce el sonido de una grabación original con niveles mínimos de distorsión y un rango exacto y completo de frecuencias audibles. Si el oído humano no es capaz de diferenciar entre un concierto en vivo y una reproducción del audio del mismo concierto, este último podría considerarse de manera general como audio de alta fidelidad.

Podrías suponer que la evolución de la tecnología de audio en el último siglo ha sido un camino largo e ininterrumpido hacia la perfección del audio de alta fidelidad. Pero estarías equivocado.

Port colocado sobre libros ubicados en un librero

Una breve historia del audio de alta fidelidad

El término “alta fidelidad” o “hi-fi” fue usado por primera vez en la década de 1950 para describir nuevos sistemas de audio para el hogar que con frecuencia incluían varios componentes. Dichos sistemas alcanzaron niveles de precisión sónica que sobrepasaban ampliamente a los fonógrafos y a las frecuencias de radio AM de antaño.

El desarrollo de equipos estereofónicos, que aportan una mayor sensación de ancho y amplitud a los sonidos grabados, marcaron un avance particularmente importante para el audio de alta fidelidad. Otro logro significativo llegó en la década de 1980 con el auge de los discos compactos, un nuevo formato digital que reducía el ruido sin sacrificar demasiado en términos de calidad.

Pero la calidad de audio en realidad empeoró a partir del año 2000 con la llegada del streaming, que comprime archivos de audio para que ocupen menos espacio de almacenamiento. Esta compresión a menudo se realiza en detrimento de la fidelidad. Algunos formatos de streaming más nuevos han mostrado mejores resultados, pero antes de adelantarnos a hablar de especificaciones, establezcamos ante todo lo que realmente oímos cuando escuchamos audio de alta fidelidad.

5 elementos clave del audio de alta fidelidad

Si dijeras que el audio de alta fidelidad es audio que “suena bien”, técnicamente tendrías razón. Pero, ¿qué elementos de una grabación contribuyen a que suene bien?

Hay muchísimos detalles en los que podríamos sumergirnos, pero estos son cinco factores importantes a los que prestar atención al evaluar la fidelidad de una grabación de audio digital:

  1. Mínimo nivel de distorsión y ruido.

    Mientras más bits haya en una grabación de audio digital, mayor será el rango dinámico. Esto significa menos “ruido blanco” durante los momentos de poco sonido y menos distorsión durante los momentos de mucho sonido.
  2. Ancho y amplitud.

    El sonido es un vibración que se propaga por el espacio. La ilusión de este espacio puede crearse con un equipo estéreo que hace que el sonido de varias bocinas se sienta más envolvente y que no parezca que proviene de un sola dirección.
  3. Separación de instrumentos.

    El espacio entre los sonidos en un grabación también es importante. El audio de alta fidelidad tiene una buena separación entre los instrumentos y los vocalistas, de modo que puedas escuchar claramente las características únicas (incluido el espacio físico) de cada uno.
  4. Equilibro sonoro.

    El equilibrio entre los graves, los agudos y el rango medio en un mezcla es esencial. Demasiados graves pueden hacer que un pista suene opaca y acuática; demasiados agudos pueden hacer que suene demasiado metálica y estridente. La mayoría de los amantes del sonido prefieren un tono más neutral o natural, con un equilibrio delicado de énfasis sonoro.
  5. Gusto personal.

    ¿Cómo te suena a ti? Esto es tal vez más importante que cualquier otra cosa, y puede llevarte a una definición de alta fidelidad diferente a la de los demás.

Ahora que hemos examinado los elementos básicos del audio de alta fidelidad, hablemos sobre la frecuencia de muestreo y la profundidad de bits, dos importantes mediciones que pueden ayudarte a lograr una mayor fidelidad en formatos de audio digital.

Explicación de la frecuencia de muestreo y la profundidad de bits

La mayoría de las personas hoy en día escuchan audio en formatos digitales, como los servicios de streaming. Estos formatos pueden incorporarse a un sistema de audio de alta fidelidad con ayuda de un conversor de señal digital a analógica o DAC.

Más allá de convertir audio digital en una forma de onda analógica, la función de un DAC es esencialmente ajustar la tonalidad y la calidad de sonido general de la grabación original de audio digital.

Lo hace tomando pequeñas instantáneas, o muestras, de la onda sonora original y uniendo estas instantáneas para formar una onda analógica. Funciona bajo el mismo principio de una cámara de cine, que toma pequeñas instantáneas de una imagen en vivo y las une para hacer una película.

La frecuencia de muestreo describe el número de instantáneas tomadas de la onda sonora original. Cuanto más alta es la frecuencia de muestreo, más parecida es la reproducción al original. Una frecuencia de muestreo de 44.1 kHz de un CD es el estándar para la música grabada, y significa que se toman 44,100 muestras por segundo.

Si la frecuencia de muestreo representa cuántas instantáneas se toman de una onda sonora, entonces la profundidad de bits describe cuánto puede capturar cada una de esas instantáneas. Una mayor profundidad de bits significa un rango dinámico más amplio; en otras palabras, una mayor diferencia entre el sonido más alto que puedes reproducir sin distorsión y el sonido más bajo que puedes registrar antes de perder resolución.

Los discos compactos tienen una profundidad de 16 bits por muestra, que puede registrar más de 65,500 valores de amplitud. Esta cantidad no es arbitraria. La frecuencia de muestreo estándar de los discos compactos fue elegida porque se pensaba que 16 bits cubrían el rango completo de los sonidos, desde los más bajos hasta los más altos, que los humanos pueden oír. Un estudio de 2016 realizado por Joshua Reiss en la Queen Mary University de Londres cuestionó esta idea y sugirió que algunas personas pueden detectar la diferencia entre discos compactos y pistas de audio de alta resolución que pueden alcanzar hasta 24 o 32 bits por muestra.

El audio de alta fidelidad combina una frecuencia de muestreo alta con una profundidad de bits alta, dando como resultado una reproducción precisa y “sin pérdidas” de la grabación original. Que realmente puedas o no oír la diferencia puede ayudarte a determinar qué calidad de audio satisface tus estándares personales.

Sonos Five en blanco inclinada
Port y Amp colocados uno junto al otro inclinados

Cómo llevar audio de alta fidelidad a tu hogar

Si te interesa armar un sistema de audio de alta fidelidad por ti mismo, hay varias formas de hacerlo según tu presupuesto y tu deseo de personalización.

Muchos amantes del sonido prefieren armar sistemas modulares que combinan diferentes elementos (reproductor de CD o tornamesa, preamplificador, DAC, amplificador de potencia, bocinas, subwoofer, etc.) de diversos fabricantes. Otra opción podría ser elegir un sistema integrado que combine varios de esos componentes en una sola unidad.

Fuente de audio

Primero necesitarás un reproductor de CD, una tornamesa o una plataforma de streaming que reproduzca tu audio. Ten en cuenta que algunas plataformas de streaming (como Spotify) no tienen una opción de audio de alta fidelidad, aunque otras (como Apple Music y Tidal) ofrecen audio sin pérdidas de alta resolución en ciertos niveles de suscripción.

DAC

Como indicamos anteriormente, un DAC convierte audio digital en analógico. Muchos productos de alta fidelidad, como Sonos Port, tienen un DAC integrado. Este DAC garantiza que todo el audio reproducido se convierta y se reproduzca para que suene lo más nítido posible.

Amplificador

Un amplificador mejora y aumenta la señal de audio que sale de tu DAC. La señal es incrementada lo suficiente como para potenciar bocinas sin que se distorsione su calidad.

Bocinas

Las bocinas son los elementos de donde sale el sonido. La mayoría de los sistemas de alta fidelidad tienen al menos dos altavoces y están diseñados para escucharse en estéreo.

Algunas bocinas individuales permiten disfrutar una experiencia estéreo configurando varios altavoces dentro del mismo equipo; Sonos Five, por ejemplo, incluye tres woofers de alta excursión (frecuencias medias y bajas) y tres tweeters (frecuencias altas). Y puedes combinar dos bocinas Sonos Five para lograr una experiencia aún más expansiva.

Acústica de la habitación

La acústica específica de cada habitación también es importante. Es increíble lo que puedes lograr con solo agregar algunos libreros o cortinas que absorban el sonido. Y si usas un sistema Sonos, la tecnología de ajuste Trueplay™ analiza cada contorno de tu espacio para optimizar la ecualización de la bocina.

Siempre puedes agregar más a un sistema de alta fidelidad (y muchas personas se pasan la vida haciéndolo). Pero estos componentes esenciales deberían ser suficientes para comenzar.

Ventajas del audio de alta fidelidad

Mejor calidad de audio.

Algunas personas no saben lo que se pierden hasta que escuchan un sistema de alta fidelidad en acción. Si estás acostumbrado a escuchar a través de las pequeñas bocinas de una computadora portátil o incluso mediante audífonos Bluetooth de alta calidad, puede que te asombre el nivel de profundidad y detalle del sonido que escucharás con un verdadero sistema de alta fidelidad.

Recrea la intención del artista.

Las películas están hechas para pantallas grandes y bocinas potentes. Y ningún músico o compositor concibe su obra para ser escuchada en una reproductora de casetes. El audio de alta fidelidad te permite escuchar estas obras tal como deberían sonar.

Una experiencia sonora más profunda.

El audio de alta fidelidad puede mejorar la experiencia emocional de escuchar una pieza musical; incluso en algunos casos, es como escucharla por primera vez.

Desventajas del audio de alta fidelidad

Necesitas equipos especiales.

No cualquier viejo audífono, bocina o servicio de streaming puede ofrecer una experiencia de audio de alta fidelidad. Necesitarás invertir en algunos equipos. Escatimar en uno solo de los componentes, ya sea en bocinas, amplificador, etc., puede arruinar el efecto de aquellos en los que realmente hayas invertido. Dicho esto, el audio de alta fidelidad es cada vez más accesible y Sonos ofrece varias opciones de combinación de componentes a diferentes precios para que comiences a armar tu sistema.

Por lo general no está disponible en servicios de streaming.

El servicio de música más popular, Spotify, aún no ofrece pistas de audio en alta resolución. Otros lo hacen, pero sus bibliotecas de alta resolución son limitadas. Esta situación está mejorando, pero explica por qué muchos amantes del sonido no se han desecho de sus vinilos o discos compactos.

Archivos de mayor tamaño.

Hablaremos de esto en la siguiente sección, pero como la mayoría de los formatos de audio de alta fidelidad son sin compresión, tienden a ocupar mucho espacio en un disco duro. Si estás pensando seriamente en reproducir audio de alta fidelidad, tal vez necesites aumentar el espacio de disco disponible.

Amp colocado junto a una tornamesa sobre un mueble

Tipos de archivos de alta fidelidad

No todo formato de archivo es capaz de reproducir audio de alta fidelidad. El formato MP3, por ejemplo, solo puede alcanzar entre 96 y 320 kilobits por segundo (kbps), muy por debajo de los CD estándar. A continuación encontrarás algunos de los formatos que pueden funcionar:

Formato de archivo de audio de forma de onda (Waveform Audio File, o WAV):

WAV es un formato sin compresión que utiliza el mismo formato de codificación que los CD. Debido a que los archivos no están comprimidos, su tamaño puede ser bastante grande.

Formato de archivo de intercambio de audio (Audio Interchange File Format, o AIFF):

WAV fue desarrollado originalmente por Microsoft; la respuesta de Apple fue el formato sin compresión AIFF. También existen variantes de AIFF comprimidas con pérdida; estas ocupan menos espacio, pero sacrifican calidad.

Compresión de audio libre sin pérdidas (Free Lossless Audio Compression, o FLAC):

FLAC es otro formato sin pérdidas ampliamente compatible con diferentes sistemas. Algunos amantes del sonido lo consideran algo así como el estándar de referencia para combinar compresión sin pérdidas con archivos de menor tamaño que los formatos rivales.

Códec de audio Apple Lossless (Apple Lossless Audio Codec, o ALAC):

ALAC es otro formato exclusivo de Apple que tiene una calidad de sonido similar a FLAC, pero puede ser menos compatible con ecosistemas diferentes a Apple.

Calidad de estudio autenticada (Master Quality Authenticated, o MQA):

Este formato exclusivo se usa principalmente para pistas de Tidal. Aunque técnicamente tiene pérdidas, puede alcanzar una calidad de sonido prácticamente idéntica a otros tipos de archivos de alta fidelidad con archivos de un tamaño significativamente menor.

¿Vale la pena la alta fidelidad?

Si la alta fidelidad vale la pena o no depende de tus respuestas a algunas preguntas.

¿Puedes realmente detectar la diferencia entre un formato de archivo sin comprimir y un MP3? No todos pueden, y no hay que sentirse mal por eso. Muchos adultos sufren de pequeños problemas de audición que dificultan su capacidad para detectar la compresión.

¿Te importa realmente? Incluso entre quienes pueden distinguir la diferencia entre archivos sin comprimir y comprimidos, a algunos de ellos estos últimos realmente no les interesan. Por otro lado, existen personas que no soportan escuchar en formato MP3 después de haber experimentado la verdadera calidad sin pérdidas, y opinan que es como tener lodo en los oídos.

¿Cuentas con el presupuesto para mejorar tu experiencia? El sonido de alta fidelidad no es gratis y es posible que tengas que invertir cientos o miles de dólares en diferentes componentes sin llegar a alcanzar el sonido que crees que merecen tus oídos. Pero existen formas más asequibles de lograr un sonido de alta fidelidad perfectamente digno sin quedarte en la ruina.

Sonos ofrece excelentes opciones para acceder a un estilo de vida de alta fidelidad. Una de nuestras opciones más populares es una combinación de dos bocinas Sonos Five que ofrecen una experiencia de sonido multi-habitación premium con separación detallada de los canales izquierdo y derecho. Posiblemente sea lo único que necesites.

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