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El sonido de 2020: la música da esperanza en un año complicado

Ed Gillett

Redactor invitado

Puede que 2020 haya sido el año más extraño de la historia reciente, pero hemos podido vivir en primera persona cómo el increíble poder de la música nos ayuda a superar las adversidades. Con la Nochevieja al caer, los nuevos estudios realizados por nuestros equipos en toda Europa revelan que, aunque nuestros planes hayan cambiado este año, aún tenemos mucho que celebrar.

Sin duda, el 2020 ha sido un año marcado por la preocupación y la incertidumbre para todos, independientemente de dónde vivamos. Pero no todo ha sido negativo. Mientras este año toca a su fin, es fundamental que celebremos la resiliencia, la creatividad y el optimismo colectivos que han aflorado a pesar de los desafíos a los que nos hemos enfrentado.

Cuando el reloj marque las doce en Nochevieja y el año 2020 pase a la historia, ¿cómo nos sentiremos al ver que esas complejas emociones salen a la superficie? Las respuestas que ofrecen los expertos científicos y las nuevas investigaciones europeas plantean una imagen más prometedora y optimista de lo que podrías esperar, respaldada por la energía colectiva y la conexión que la música es capaz de generar.

Las investigaciones llevadas a cabo por los equipos de Sonos a lo largo y ancho de Europa muestran que la mitad de los adultos europeos están planeando algún tipo de celebración para recibir el nuevo año: desde un 69 % en la festiva Dinamarca hasta un 33 % en un país ligeramente menos entusiasta como es el Reino Unido. El 47 % de las personas afirman que ahora es más importante que nunca celebrar el Año Nuevo tras sobrevivir a este año tempestuoso, cifra que asciende a un 57 % entre los jóvenes de 18 a 24 años de todo el continente.

En un año en el que nuestras relaciones sociales se han visto muy restringidas, no resulta sorprendente que sintamos la necesidad de conectar con los demás. Aunque tres cuartas partes de los encuestados recibirán el 2021 en casa, los invitados especiales y ese ambiente festivo siguen siendo una parte esencial de sus planes para Nochevieja.

Naturalmente, todo lo que escuchamos estos días es igual de importante. El 68 % de las personas afirman que la música será una parte fundamental de sus celebraciones, mientras que más de la mitad consideran que una playlist acertada puede ser la diferencia entre animar o arruinar una fiesta en casa.

El pop es el soberano absoluto en más del 62 % de las playlists y cuenta con fans particularmente acérrimos en Austria y Dinamarca. La música dance es la banda sonora por excelencia en Polonia, mientras que los italianos optan por el hip hop. Por el contrario, si celebras la Nochevieja en Francia o en España, lo más probable es que lo hagas al ritmo de R&B o indie, respectivamente. Los oyentes más sibaritas de Austria prefieren la música clásica y los holandeses, por su parte, son los que menos se inclinan por escuchar música esta Nochevieja, sea cual sea su estilo.

¿Y cuáles son las canciones que pensamos poner cuando el reloj termine de dar las campanadas? Al parecer, los clásicos de siempre son los ganadores. El 41 % de los encuestados se decantan por el archifamoso «I Want to Break Free» de Queen, cuya letra es un reflejo perfecto de las dificultades vividas este año. Los primeros puestos de nuestra lista los ocupan los temas optimistas «Happy New Year» de Abba y «Freedom» de George Michael, seguidos de clásicos con ritmo de U2, Ray Charles y Journey. La incorporación más reciente a nuestra lista de Nochevieja es Ariana Grande con «Thank U, Next», otro tema que gira en torno a aceptar el pasado y quedarse con lo positivo.

Curiosamente, algo menos del 50 % de los europeos creen que una buena lista de música puede hacer a alguien más atractivo, y más del 25 % admiten haber ligado con alguien en una fiesta gracias a compartir gustos musicales. Una información digna de consideración si quieres recibir el Año Nuevo con un beso de ese alguien especial. Aunque puede que tengas más posibilidades si lo intentas en Polonia o en España, donde dos tercios de los entrevistados consideran que es importante besar a alguien a medianoche, frente a un escaso tercio en Italia (¿qué ha pasado con su reputación de románticos?).

El sonido nos une. «Sentirnos conectados lo es todo».

Pero la importancia de la música no se limita a la fiesta y el ligoteo. El profesor Hauke Egermann, que investiga los efectos psicológicos de la música en la Universidad de York, afirma que la música ha sido una herramienta social esencial para lidiar con el caos de 2020.

«La música crea experiencias que son adecuadas para la situación actual, pero que a su vez están conectadas a nuestras experiencias pasadas, recuerdos de otros momentos que echamos en falta en el presente. En primavera, durante el confinamiento británico, nos dedicamos a estudiar la relación que existe entre escuchar música nostálgica y el aumento del bienestar. Utilizar la música como herramienta ayuda a las personas a sentirse mejor y a hacer frente a su situación».

Nuestra investigación refleja esos hallazgos. Cuatro de cada cinco personas afirman que escuchar música les levanta el ánimo. Sin embargo, hay datos que varían según el país. El 49 % de los polacos planean escuchar melodías más positivas en 2021, mientras que el 36 % de los españoles consideran que cantar las letras de las canciones junto a sus amigos es el factor clave de la diversión.

En el caso de Harry Gay y sus compañeros de piso, la presión del confinamiento inspiró el nacimiento de nuevas formas digitales de conectar a través de la música. Queen House Party pretende transmitir solidaridad y liberación a la comunidad LGBTQ+ al retransmitir en directo desde su piso de New Cross todos los viernes por la noche.

«Lo especial de la música es que hace aflorar un sentimiento humano básico que consiste en, simplemente, dejarse llevar», asegura Harry. «Limitarse a bailar sin que nada más importe, al ritmo de la misma canción y compartiendo una misma experiencia. Si pones una canción que sabes que le encanta a todo el mundo, verás 50 ventanitas en el ordenador con gente dándolo todo. Las personas lo ven y es como si estuvieran bailando juntas. Hace que se sientan más conectadas».

«Especialmente en el caso de la comunidad LGBTQ+, sentirnos conectados lo es todo», continúa Harry. «Ser capaz de verte a ti mismo reflejado en los demás y estar rodeado de personas con una mentalidad afín es muy importante. Creo que las fiestas y la música ofrecen indudablemente una forma de reconstruir ese sentimiento de comunidad».

2020: el año de la ruptura

Esta necesidad de vivir una experiencia colectiva no es nada sorprendente en un año como este. Athina Karatzogianni, cuya investigación se centra en el impacto social de las transformaciones tecnológicas, define los últimos 12 meses con una sola palabra: ruptura. «Este año ha sido una ruptura con nuestra forma de vivir, de relacionarnos y de existir en el mundo. Con nuestra forma de socializar, entretenernos, trabajar e incluso forjar relaciones con nuestra familia y amigos».

Athina identifica esa sensación general de ruptura y el efecto del coronavirus en las olas de protestas políticas que este año se han propagado como la pólvora por todo el mundo, desde los manifestantes contra el uso de las mascarillas hasta el activismo medioambiental de Extinction Rebellion, pasando por la oposición del Black Lives Matter al racismo sistémico. «Todos estos actos de rebelión civil han sacado a la luz la verdadera pregunta de cómo funciona el civismo, lo que ha generado discusiones acerca de lo que significa ser un buen ciudadano».

De nuevo, la música desempeña un papel protagonista en la resolución de estas preguntas y nos ofrece una salida a través de su función esencial en nuestros rituales y celebraciones.

«Crear recuerdos que marquen un momento especial forma parte de la naturaleza humana. Si todos los días son iguales, las personas se desmotivan mientras esperan la próxima ocasión especial. Parte de la experiencia humana consiste en recompensarse a uno mismo celebrando los triunfos», explica Athina. «En mi opinión, lo que realmente celebraremos esta Nochevieja es haber sobrevivido a este año. No tendremos esas grandes fiestas, conciertos ni eventos a los que estamos acostumbrados, pero la música se convertirá en un elemento aún más importante de lo que ya era».

Las fuerzas desequilibrantes en las que se centra la investigación de Athina no solo funcionan a gran escala, como los movimientos políticos y los cambios de gobierno, sino también a pequeña escala en nuestras relaciones e interacciones personales.

Bella DePaulo es una psicóloga social de la Universidad de California y la autora de «How We Live Now». Su investigación sugiere que los trastornos a gran escala del 2020 pueden afectar mucho más a nuestras emociones cuando nuestras vidas personales se desarticulan tanto.

«Este año ha afectado a nuestra forma de comunicarnos. Las relaciones que estaban forjándose no consiguen despegar y los vínculos se tensan por cosas que antes no eran problemáticas, como quedarse fuera de una burbuja social».

Sin embargo, DePaulo también plantea motivos para ser optimistas. «También hay aspectos positivos, y algunos son bastante sorprendentes. Por ejemplo, hay personas que afirman haber estrechado los lazos con los miembros de su familia. Algunos han establecido una reunión periódica a través de Zoom u otro medio para seguir en contacto, aunque solo sea para hablar de lo que está pasando en sus vidas».

El sonido en casa. Este año el sonido (y su calidad) se ha vuelto más personal.

El concepto de hogar es recurrente en el trabajo de DePaulo y otros expertos. En un año en el que muchos de nosotros hemos trabajado desde casa durante meses, es cada vez más importante que nuestros espacios domésticos sean reconfortantes, agradables y revitalizantes. En su opinión, dar con la banda sonora adecuada es algo fundamental.

«Si pasas más tiempo trabajando solo, puedes hacer ciertas cosas que no podrías hacer en un espacio compartido de la oficina, como poner la música que tú prefieras. Puedes crear un espacio reconfortante en todos los sentidos de la palabra. No solo desde un punto de vista visual, sino también sonoro».

El profesor Hauke Egermann afirma que el sonido cada vez cumple una función más importante en el modo en el que entendemos nuestros hogares y, por extensión, a nosotros mismos. Insiste en que nuestra forma de escuchar ha cambiado este año. «La función general de la música ha cambiado en 2020», manifiesta Hauke. «Si pensamos en las típicas situaciones en las que escuchábamos música, veremos que muchas han desaparecido: de camino al trabajo, en contextos sociales más amplios como fiestas, etc. Por lo tanto, se trata de una experiencia nueva y más personal».

Nuestras investigaciones en Europa respaldan esta afirmación. El 89 % de las personas declaran que prefieren escuchar música en casa que en una discoteca y más de tres cuartas partes planean hacer precisamente eso en Nochevieja: celebrarla en casa en vez de salir. El 45 % de los jóvenes de entre 18 y 24 años afirman que no les importa si molestan a sus vecinos cuando hacen fiestas en casa, lo que sugiere que las primeras horas del 2021 pueden tener como banda sonora los últimos éxitos musicales acompañados de algunas quejas de los vecinos.

Si nuestro modo de escuchar ha cobrado más importancia, también lo ha hecho el medio. El 52 % de las personas afirman que valoran la calidad del sonido. «Ahora, la música es mucho más importante en nuestra vida», asegura DePaulo. «Así que, si puedes permitírtelo, merece la pena invertir en un sonido de mejor calidad. Porque ya no se trata de una actividad reducida a las idas y venidas de la oficina, es algo omnipresente. Es tu hogar».

Estas tendencias continúan en 2021. Mientras que nuestra investigación muestra que un tercio de los europeos pretende gastar menos dinero que antes, siguen siendo bastante optimistas en sus predicciones relativas a su salud y felicidad el próximo año. Poco más del 50 % planea escuchar música más relajante, y un porcentaje similar considera el entretenimiento en casa una prioridad para el año que viene, lo que naturalmente incluye la música.

Resulta reconfortante que un aspecto legendario de todo festejo casero que se precie se mantenga invariable a pesar de los altibajos del 2020. El 46 % de las personas aseguran que en la próxima celebración esperan terminar charlando en la cocina. Aun en un año marcado por la inestabilidad y la incertidumbre, parece que ciertas cosas nunca cambian.

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